Sobre el final de la vida.

Hoy quiero compartir uno de los poemas que mi madre algunas veces recitaba.


En Paz
(Amado Nervo)

"Muy cerca de mi ocaso, 
yo te bendigo, vida,
porque nunca me diste 
ni esperanza fallida,
ni trabajos injustos, 
ni pena inmerecida;

porque veo al final 
de mi rudo camino
que yo fui el arquitecto 
de mi propio destino;

que si extraje las mieles 
o la hiel de las cosas,
fue porque en ellas puse 
hiel o mieles sabrosas:
cuando planté rosales, 
coseché siempre rosas.

...Cierto, a mis lozanías 
va a seguir el invierno:
¡mas tú no me dijiste 
que mayo fuese eterno!

Hallé sin duda 
largas las noches de mis penas;
mas no me prometiste 
tan sólo noches buenas;
y en cambio tuve algunas santamente serenas...

Amé, fui amado, 
el sol acarició mi faz.
¡Vida, nada me debes! 
¡Vida, estamos en paz!"

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